El último ataque del grupo criminal de Los Caballeros Templarios, en el que se confirmó siete presuntos agresores muertos, buscaba obligar a las fuerzas federales a abandonar "el combate a la delincuencia", lo que según la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), no sucederá.

La dependencia dijo, en un comunicado, que durante un enfrentamiento entre policías federales e integrantes del grupo criminal, los presuntos delincuentes realizaron disparos contra civiles, para generar pánico y confusión.

"Estas agresiones, bloqueos y colocación de mantas realizadas por Los Caballeros Templarios tienen como objetivo obligar el repliegue de la autoridad", informó la SSP.

La tarde del jueves, presuntos criminales y policías federales se enfrentaron en el municipio de Apatzingán, en el centro del país. A estas agresiones siguieron bloqueos, los cuales se extendieron a la capital estatal, Morelia, "en su intento por impedir las labores de seguridad", informó la Secretaría.

En Morelia, capital del estado, fueron bloqueadas las carreteras que conducen a Guadalajara, Pátzcuaro y el aeropuerto local.

Según el reporte de la policía estatal, en la noche del jueves fueron incendiados siete vehículos: cinco particulares, un autobús de pasajeros y un tractocamión.

La policía federal asegura que estos ataques son parte de la estrategia de ese grupo criminal —surgido tras la división de La Familia Michoacana, por presuntos nexos con la agrupación de Los Zetas— para desprestigiar a las fuerzas federales en la región.

En diciembre pasado se registró un incidente similar también en Apatzingán, donde las autoridades federales reportaron la muerte de Nazario Moreno González, El Chayo, presunto líder de La Familia Michoacana.

Con el abatimiento de El Chayo, el gobierno de Felipe Calderón asegura que comenzó el declive del grupo delictivo de La Familia, al que ahora ya dan por desarticulado.