Cárteles de la droga controlan al menos el 40 por ciento del territorio tamaulipeco, de acuerdo con datos de las Secretarías de la Defensa Nacional y de la Marina.

De los 43 municipios que conforman la entidad, en 18 se han detectado actividades delictivas de alto impacto, principalmente de Los Zetas y del Cártel del Golfo, cuya ruptura, a principios de 2010, ha derivado en una disputa territorial y a su vez en la creación de alianzas con otros grupos.

De acuerdo con los informes de la Sedena, Los Zetas dominan con claridad en seis demarcaciones: Valle Hermoso, Ciudad Mier, Río Bravo, Miguel Alemán, Camargo y Gustavo Díaz Ordaz.

Por su parte, el Cártel del Golfo en igual número de puntos: Nuevo Laredo, Soto La Marina, Ciudad Victoria, Ciudad Madero, Tampico y El Mante.

Tres son los casos especiales citados por la milicia, por el nivel de pugna, enfrentamientos y violencia: Reynosa y Matamoros, donde estos cárteles y sus cómplices “mantienen una guerra por el mercado ilícito”, sin que hasta ahora haya nitidez sobre qué grupo supera en control.

Y otro caso peculiar es el del municipio de San Fernando, que aparece como el más fraccionado por zonas de mando criminal y que, a la luz de los operativos militares y policiales, se encuentra dividido por el poder de zetas y de golfos.

Ahí, en San Fernando, se han concentrado los hallazgos más trágicos de los últimos años: en agosto de 2010, fueron descubiertos los cuerpos de 72 inmigrantes en un predio rural; y durante el mes de abril de este 2011, han sido detectados 177 cadáveres —en su mayoría de pasajeros de autobús que fueron secuestrados entre el 19 y el 31 de marzo— en 34 narcotumbas (la investigación continúa).

A los 15 municipios ya referidos, la Semar suma —por acciones operativas y detenciones durante los últimos dos años— otros tres: Altamira, González y Aldama, para un total de 18, el 42 por ciento de las demarcaciones en la entidad.

Así, son etiquetadas con un grado de riesgo de menor a bajo, 25: Abasolo, Méndez, San Carlos, Guémez, Guerrero, San Nicolás, Antiguo Morelos, Miquihuana, Burgos, Hidalgo, Bustamante y Jaumave.

Además, Nuevo Morelos, Tula, Jiménez, Ocampo, Casas, Llera, Padilla, Mainero, Palmillas, Villagrán Cruillas, Xicoténcatl y Gómez Farías.

La cartera delictiva de los cárteles, incluye, además del trasiego y distribución de droga al menudeo y mayoreo, tráfico de armas y dinero, secuestro, extorsión, cobro de piso, robo, trata de personas y tráfico de órganos.

Entre los retratos cotidianos por la batalla geográfica, están bloqueos, cercos para ejecución de sicarios, balaceras y uso de narcomantas. Se trata de tácticas, según la Sedena, para evitar que integrantes de los grupos rivales accedan a nuevos territorios, tanto para apoyar a compañeros como para buscar el control de actividades ilegales.