Bombas incendiarias estallaron y las nubes de gases lacrimógenos llenaron el aire mientras la policía antimotines con cascos se mudó a los manifestantes en las afueras de la pequeña ciudad griega Keratea, que es presa de una rebelión contra los planes del Estado para poner un vertedero de basura en la zona. El relleno sanitario previsto ha llevado varios meses de violentas protestas de los residentes. Organizadores de la protesta argumentan que el relleno sanitario propuesto está demasiado cerca de una zona residencial y también dañar un sitio antiguo, que dicen que no ha sido debidamente excavada.