El que sigue la consigue. Eso deben pensar los líderes políticos de Pekín y de las empresas encargadas de explorar los mares y la tierra en busca de petróleo. China es un país que importa la mayor parte del petróleo que produce, dañando la preciada balanza comercial del país. China está obsesionada con mantener a flote sus grandes superávits comerciales y quieren eliminar la 'mancha' del petróleo a base de explorar y perforar para extraer su propio crudo. Tras años de escasos resultados, en lo que va de este 2024 la suerte parece haber acompañado algo más a China, que en cosa de un mes ha anunciado el descubrimiento de dos importantes yacimientos de petróleo que no resolverán el problema, pero que generan cierta esperanza en el sector y la industria petrolera del país.
La Corporación Nacional de Petróleo Offshore de China (CNOOC) anunció hace poco más de 20 días la confirmación del descubrimiento en el campo Bozhong 26-6, situado en el Mar de Bohai en China, este es el yacimiento petrolífero más grande del mundo en una roca metamórfica.
Ahora, este martes, la misma compañía ha anunciado el descubrimiento de un nuevo yacimiento petrolífero en el mar de Bohai, , con una reserva probada de 104 millones de toneladas de crudo (cerca de 800 millones de barriles de crudo). Conocido como Qinhuangdao 27-3, el yacimiento se encuentra a unos 200 kilómetros de la ciudad de Tianjin y tiene una profundidad promedio de agua de 25 metros, informó en las últimas horas la agencia de noticias Xinhua. Aunque estas cantidades no parecen asombrosas, hay que tener en cuenta que cada vez es más complicado encontrar grandes cantidades de crudo en un globo terrestre sobreexplotado. Este nuevo yacimiento es 40 veces más grande en términos de reservas que el campo de Ayoluengo de Burgos, en España, por ejemplo.