Fallecieron los ocho sicarios que se resguardaban en una casa en el municipio de Tabasco, Zacatecas, luego de la intensa balacera que sostuvieran con elementos del ejército, de los cuales murió uno y dos permanecen hospitalizados.

Cuatro de los sicarios murieron cuando enfrentaban a los efectivos castrenses en la casa marcada con el número 162 de la calle Álvaro Obregón, esquina con 21 Marzo, en la colonia céntrica Balconcitos, donde se atrincheraron.


Mediante una denuncia ciudadana, los efectivos castrenses de la Onceava y Catorceava Zona Militar de Zacatecas y Aguascalientes, respectivamente, llegaron a esta vivienda, donde fueron recibidos a tiros por sujetos armados a las 6:30 de la tarde del miércoles.

Los militares repelieron la agresión y por más de cuatro horas los maleantes se defendieron desde la casa con armas largas y granadas. Fue hasta cerca de la medianoche cuando cesaron los disparos.

Para ese momento cuatro miembros del crimen organizado habían fallecido, pero otros cuatro seguían atacando a las fuerzas federales y se habían refugiado en casas cercanas para continuar con el enfrentamiento.

En su intento por defenderse, los delincuentes arrojaron un tanque de gas a la calle y le disparaban para intentar hacerlo explotar, lo cual les resultó contraproducente ya que comenzó a incendiarse la casa donde se escondían.

En esta refriega murió un militar de la Onceava Zona Militar, mientras que otros dos resultaron con lesiones que los mantienen hospitalizados.

Continúa el enfrentamiento por la madrugada
Durante la madrugada continuaron escuchándose disparos, ya que los delincuentes se negaban a rendirse y fue hasta la mañana que de nueva cuenta los militares, luego de un ultimátum, intensificaron el fuego.

A las 9 de la mañana, en una casa de dos pisos en obra negra ubicada a dos viviendas de donde comenzó el enfrentamiento, finalmente fueron abatidos los cuatro sicarios que seguían defendiéndose.

Los militares aseguraron varias camionetas de lujo que los delincuentes usaban para sus actividades ilícitas, además de seis armas largas, 35 cargadores, 548 cartuchos de diversos calibres, tres radios de comunicación, tres fornituras y dos chalecos antibalas.

Al mediodía, llegó desde Zacatecas un convoy de alrededor de 20 patrullas de la Policía Federal y dos vehículos blindados de ataque llamados “rinocerontes”, en cuyo interior es posible disparar hasta 16 personas simultáneamente a través de escotillas especiales.

Los elementos federales comenzaron a realizar rondines; primero por la cabecera municipal, para luego hacer recorridos por las zonas serranas y la región, como parte del operativo.

En tanto, elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado realizaban peritajes en las tres casas donde los sicarios se resguardaban y sacaban los cadáveres de los ocho sujetos que perecieron.

También agentes de esta dependencia estatal llevaron equipo especial para desactivar granadas que fueron lanzadas por los sicarios, la cuales no alcanzaron a explotar y aún se encontraban activas.

Una de las granadas estaba incrustada en un poste y otra en una casa abandonada de la acera de enfrente, además de que había otra en las viviendas donde estaban los sicarios.

Como medida de seguridad, los militares resguardaron varias calles a la redonda. Sólo algunos vecinos permanecían encerrados en sus casas y no se atrevían a salir, luego de más de 12 horas de escuchar disparos.

Las actividades en Tabasco quedaron paralizadas; en las escuelas se suspendieron clases y solo algunos comercios abrieron, mientras que en las calles el tránsito de personas y vehículos era poco.

Mantienen operativos de seguridad en el Cañón de Juchipila
Las fuerzas federales continuarán con los operativos en la región del Cañón de Juchipila, donde se han establecido Los Zetas.

Apenas el martes los efectivos castrenses detuvieron en un bar de Moyahua a 13 sujetos que conformaban una banda de secuestradores, extorsionadores y ladrones de vehículos, quienes operaban en la zona.

En Tabasco, a raíz de la ola de violencia que se ha suscitado recientemente, los policías municipales, algunos de los cuales fueron secuestrados y luego liberados, decidieron renunciar, por lo que el municipio %u2013como otros de la zona- dependen de la seguridad pública que les proporcione el gobierno estatal o federal.