Reproches y propuestas tuvieron lugar durante el Diálogo por la Seguridad que sostuvo el presidente Felipe Calderón con dirigentes nacionales de los partidos políticos, quienes no “regatearon” el apoyo al Ejecutivo en materia de seguridad. “El que no haya unanimidad en el país sobre este tema es un asunto que valdría la pena sopesar si estratégicamente conviene ventilarlo a los cuatro vientos”.
Agregó que cada uno de los funcionarios de extracción priísta trabaja para abatir la delincuencia, pero sin duda, resaltó, la responsabilidad de la seguridad nacional es de orden federal, pues así lo determina la Constitución; en ese sentido, se negó a asumir un compromiso a nombre de los priístas que tienen algún cargo público pues, dijo, sus responsabilidades tienen un carácter constitucional.
La lideresa puso mayor énfasis en que este problema no debe ser un tema de debate electoral, sin embargo, durante las campañas hubo quien se basó en esto para descalificar, lo que ha dificultado la construcción de consensos.
“Y en el PRI sí tenemos una exigencia: cuando haya acusaciones tiene que haber pruebas y es indispensable que la autoridad actúe si hay pruebas y si no que se deje de hacer política”, dijo casi un mes después de que se realizaron las elecciones para Gobernador en 12 estados.
Poco antes de su intervención, el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, se pronunció por la legalización de las drogas, pues la experiencia internacional y el conocimiento científico, dijo, obligan a considerar la medida como parte de la solución a la producción, distribución y consumo de estupefacientes.
Tras escuchar el planteamiento, el panista, César Nava, dijo que la regulación representaría una salida falsa y si México diera un paso hacia la legalización sin discutirlo con otros países se convertiría en el “paria de América”.
Paredes Rangel consideró que sería “grave” que esta discusión polarizara aún más a las fuerzas políticas.
Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, estimó que 64,300 millones de dólares anuales se pagan por el consumo de drogas en Estados Unidos, de los cuales alrededor de 42,000 millones corresponden al rubro de la marihuana.
Calderón Hinojosa reiteró su negativa a la regulación de los estupefacientes por la “esclavitud” que se podría generar para los niños y jóvenes.
En la mesa sólo hubo una coincidencia: asumir la responsabilidad para abatir el flagelo de la inseguridad, por lo demás, todos hicieron patentes las diferencias en cuanto a la forma de llegar a ese propósito.
El Presidente reconoció que las cárceles del país no readaptan a los presos; Paredes pidió mayor celeridad en la investigación sobre el asesinato del excandidato a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre; Ortega reprochó la política económica; Nava saludó la iniciativa del Diálogo; Arturo Escobar (senador del PVEM) dijo que pese a la captura de los capos, los cárteles seguirían operando; Luis Walton (Convergencia) llamó a una mejor educación y Jorge Kahwagi (Panal) pidió dejar atrás el viejo discurso de reparto de culpas.
Al final, todos desearon que el debate se tradujera en acciones y no se quedara en buenas intenciones.
El perredista salió antes que el Jefe del Ejecutivo se despidiera de él, mientras que Paredes esperó a Calderón para platicar unos minutos a solas con él.