Esta revolución no arregla las aceras
Manuel Milán Moreno, un vecino de la Habana de oficio albañil, tomó en sus manos el problema del arreglo de las aceras ya que las autoridades no daban solución . Ante el peligro que representaba para los niños y las familias, Milán, quien reside en la calle Cuba, entre Amargura y Teniente Rey, decidió comprar lo necesario y arreglar la acera por su cuenta.