Muchos estudios en animales han demostrado que el cerebro adulto responde a las lesiones con un aumento de la neurogénesis, una capacidad que podría utilizarse para tratar lesiones provocadas por traumas o infartos. El doctor Yamashita encontró que después de un ictus, un grupo de células madre que generalmente se diferencian en células olfativas engendró nuevas neuronas en el estriado donde ocurrió la lesión. Estas nuevas neuronas fueron capaces de establecer conexiones con las células estriatales vecinas. Este descubrimiento tiene implicaciones en el desarrollo de tratamientos para los infartos cerebrales y para otros trastornos neurológicos.
La neurogénesis también puede ser una respuesta natural a una lesión de la médula espinal, y podría ser utilizada con fines terapéuticos, como demostraron Michael Tuszynski y Fred Gage, del Instituto Salk, quienes probaron que los macacos adultos con lesión experimental de la médula espinal mostraron un incremento de 80 veces en el número de células recién divididas. Y siete meses después de lesión muchas de estas células se convirtieron en células de sostén.
Aunque son muchos los avances realizados en esta área en el último año, preguntas como por qué el cerebro produce diferentes tipos de células en respuesta a diferentes lesiones, o por qué los antidepresivos pueden aumentar la neurogénesis en el hipocampo, son cuestiones que, como aseguró la experta, quedan aún pendientes de responder.