Un extraño secuestró a Vicki Lynne Hoskinson, una niña de tan solo ocho años, mientras jugaba en su vecindario de Tucson, Arizona. En cuestión de horas, la policía comenzó a sospechar de un vagabundo que estaba en libertad condicional tras haber sido condenado por secuestrar niños. Pero no lo encontraron por ninguna parte y, lamentablemente, el tiempo se agotaba.