Apple se ha visto obligado a pagar 500 millones de dólares en una larga demanda colectiva por ralentizar deliberadamente los modelos antiguos de iPhone.
Apple dijo: "Nunca hemos hecho ni haríamos nada para acortar intencionadamente la vida útil de ningún producto de Apple o degradar la experiencia del usuario para impulsar las actualizaciones".
A pesar de negar las acusaciones, Apple aceptó llegar a un acuerdo en 2020 ante el temor de que aumentaran los costes de seguir litigando, según la BBC.
El gigante tecnológico subrayó que el rendimiento de los teléfonos disminuía a medida que las baterías envejecían en un intento de alargar la vida útil de los teléfonos.
Apple fue acusada de alterar el rendimiento del iPhone sin comunicárselo a sus clientes, lo que dio lugar a acciones legales en Estados Unidos.
Se calculaba que los demandantes recibirían 25 dólares por persona en el momento del acuerdo, pero los afectados recibirán ahora 92 dólares cada uno.
Un caso similar está en curso en el Reino Unido, donde unos 24 millones de usuarios reclaman una indemnización de 1.600 millones de dólares.
Mientras que el caso de Estados Unidos solo afectaba a los iPhone 6 y 7, la demanda del Reino Unido también reclama daños y perjuicios para quienes utilizaron los dispositivos iPhone 8, 8 Plus y X.