En su despacho, que sí tiene una modesta ventana a cierta altura, recibe la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, en precampaña desde hace meses bajo la convicción colectiva -sea uno de derechas o de izquierdas, nacionalista o no- de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, adelantará las autonómicas a febrero o a marzo, y de que ella es la única alternativa para sustituirlo al frente del Gobierno de Galicia