La ciudad de Posadas se vio repentinamente asediada por una tormenta de granizo que dejó a su paso rastros de inundaciones y destrucción. El temporal sorprendió a muchos conductores que dejaron su vehículo en el exterior, provocando abolladuras y rupturas de todo tipo. Por esto, comerciantes de parabrisas y chapistas se vieron desbordados por clientes.
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