Los 166 hipopótamos descendientes de la manada del infame narcotraficante colombiano, Pablo Escobar, podrían ser sacrificados inminentemente.
Escobar importó los animales, originarios de África, para su zoológico privado en Hacienda Nápoles, y los dejó en libertad tras su muerte en 1993.
La ministra colombiana de Medio Ambiente, María Susana Muhamad, declaró a los medios locales: "Estamos trabajando en el protocolo para la exportación de los animales".
Muhamad añadió: "Nosotros no vamos a exportar un solo animal si no hay autorización de la autoridad ambiental del otro país".
Los repetidos intentos de frenar la incipiente población a lo largo del río Magdalena han fracasado, incluyendo la esterilización y el traslado a zoológicos.
La falta de depredadores y las condiciones pantanosas proporcionan un entorno perfecto para que prosperen los hipopótamos, que fueron declarados especie invasora.
Los hipopótamos figuran entre los animales más peligrosos del mundo, y se calcula que matan a unas 500 personas al año.
Las comunidades pesqueras y las escuelas cercanas al río Magdalena se han visto atacadas, y se prevé que su población de hipopótamos alcance los 1.000 ejemplares en 2035.