Con la crisis del coste de la vida, donde los precios de todos los bienes y servicios están subiendo, todo el mundo quiere ahorrar dinero.
Sin embargo, algunos trucos populares para ahorrar dinero realmente no funcionan.
Por ejemplo, comprar productos rebajados no es ahorrar dinero. Si no necesitas algo, no debes comprarlo, incluso si está rebajado.
Comprar en varias tiendas para encontrar la mejor oferta tampoco funciona, ya que el tiempo y el dinero que gastas en desplazarte pueden anular el ahorro inicial.
Lo mismo se aplica a conducir más lejos para encontrar el mejor precio de la gasolina, ya que, una vez más, los costes de desplazamiento anularán el ahorro.
Otro hábito que tampoco funciona es comprar al por mayor. Si no tienes un plan para usar ese producto, no vale la pena comprarlo en grandes cantidades, ya que es probable que te caduque.
Productos como el papel higiénico sí que tienen sentido, ya que tarde o temprano lo gastaras; pero otros productos como la comida serán más complicado de consumir.
Comprar barato puede ser tentador, pero a menudo significa que tendrás que reemplazar el producto antes, lo que puede costar más a largo plazo.