En el tumultuoso escenario de Nueva York en 1950, la vida de Rudolph Fentz tomó un giro inesperado que aún hoy intriga a muchos. En pleno Times Square, un hombre fue arrollado por un vehículo, un incidente que dejó atónitos a los testigos presentes. Este misterioso individuo, que yacía sin vida en el pavimento, parecía no superar los treinta años, pero su apariencia no era lo único extraño. Su atuendo era inusual para la época, como si estuviera disfrazado, y llevaba consigo una serie de objetos intrigantes.