Este martes arranca en Barcelona el juicio contra Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, por un presunto delito de alzamiento de bienes por el que se enfrentan a una pena de hasta cuatro años de prisión por ocultar su patrimonio a través de un testaferro para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros. El juicio se alargará hasta este viernes 15 y, aunque la extenista y el padre de sus hijos Arantxa y Leo no declararán hasta la última jornada, sí deben comparecer a diario en el Juzgado de lo Penal número 25 de la ciudad condal. El primero en llegar era su exmarido, con el que no tiene ninguna relación, que ha llegado al juicio con una actitud muy tranquila y ha afirmado que no se arrepiente de nada, argumentando que nunca engañó ni se benefició económicamente de la tenista.