Durante el rezo semanal del Ángelus, el Papa Francisco expresa su "simpatía por el querido pueblo de Marruecos", afectado por un potente terremoto el 8 de septiembre que se cobró al menos 2.000 vidas. También recordó a la familia polaca Ulma, que fue asesinada por los nazis de la Segunda Guerra Mundial por proteger judíos y que fue beatificada.