Aunque algunos consideran que las siestas son para los niños o los ancianos, son una forma excelente de aumentar tu energía y bienestar.
Steven Bender, especialista en dolor orofacial y experto en medicina del sueño, explica que una siesta diaria de 20 a 30 minutos tiene muchos beneficios.
Las siestas cortas pueden mejorar significativamente el funcionamiento mental y la memoria, así como el estado de alerta, la capacidad de atención o el tiempo de reacción.
Durante el sueño, el cerebro aprovecha este tiempo para procesar los acontecimientos del día, lo que mejora la capacidad para resolver problemas.
La siesta también reduce el estrés al permitir que el cuerpo y el cerebro desconecten y se relajen, lo que a menudo hace que uno se sienta rejuvenecido al despertarse.
A pesar de todos estos efectos positivos, la siesta puede tener sus inconvenientes.
Dormir más de 30 minutos puede provocar vigilia y desorientación. Esto puede alterar las funciones cognitivas hasta media hora después de despertarse.
En algunos casos, estos síntomas pueden aliviarse consumiendo cafeína.