Rara vez se habla de los efectos y repercusiones que tienen los huracanes para los animales y la fauna marina que hay en el mar. Durante un año se experimentan unos diez huracanes en el Océano Atlántico.
La fuerza de un huracán puede crear olas de 15 metros que agitan las aguas más profundas, removiendo los sedimentos y mezclando las temperaturas que tiene el agua en sus diferentes latitudes.
Los delfines y otros mamíferos marinos pueden quedar atrapados en hábitats de agua dulce donde no pueden sobrevivir.
Sin embargo, los peces pueden desplazarse a aguas más profundas y tranquilas, ya que son capaces de detectar una tormenta mediante la presión barométrica.
Los huracanes pueden afectar a muchos organismos estacionarios o de movimiento lento, como los arrecifes de ostras y las praderas marinas.
El propio océano también se ve afectado de muchas maneras, sobre todo por los escombros y residuos arrastrados por el huracán.