Un nuevo estudio ha descubierto que picar por la noche tiene una relación directa con tener un rendimiento laboral deficiente al día siguiente.
Los investigadores analizaron a casi 100 trabajadores durante diez días.
Los participantes contestaron sobre su bienestar físico y emocional antes de comenzar a trabajar cada día.
Después de trabajar, respondieron preguntas sobre su actividad laboral y sus hábitos alimenticios nocturnos.
Aquellos con malos hábitos de alimentación mostraron peor comportamiento y rendimiento.
También eran más propensos a mostrarse menos sociales y productivos durante la jornada laboral.
Es la primera vez que se demuestra que la alimentación impacta directamente en el comportamiento y desempeño laboral.
Hemos demostrado que una alimentación sana repercute de forma directa a nuestro comportamiento y rendimiento en el lugar de trabajo al igual que lo hace con nuestros amigos y familiares, afirmó Seonghee 'Sophia' Cho, autora de la investigación.