Investigadores de la Universidad de Oxford han realizado un descubrimiento importante, y es que no existe ningún nivel seguro de consumo de alcohol.
Estudiaron a 25.000 personas y analizaron la relación entre su consumo de alcohol y sus escáneres cerebrales.
Los resultados mostraron que el alcohol afecta negativamente a la materia gris del cerebro, que es la zona donde se procesa la información.
Cuanto más bebían los participantes, menor era el volumen de su materia gris.
Aun así, el alcohol solo contribuyó en un 0,8% a la reducción del volumen cerebral.
Los investigadores señalaron que esta contribución fue significativamente mayor que la de otros riesgos modificables.
Beber cualquier cantidad de alcohol resultó peor para el cerebro que no beber nada.
Además, no se encontraron pruebas que indicaran que ciertos tipos de alcohol tuvieran un efecto peor en el cerebro que otros.
Es importante destacar que la hipertensión, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol también pueden aumentar el riesgo de padecer trastornos cerebrales.