La Albufera de Valencia es un excelente ejemplo de convivencia entre agricultura y biodiversidad. Este humedal costero de agua dulce está rodeado por 14.000 hectáreas de arrozales y sus ambientes acuáticos son aprovechados por especies como garzas, fochas o flamencos, que acuden a ellos en busca de alimentos y refugio.
Arroz y laguna no son independientes, conviven en perfecta armonía. El marjal, las tierras que anteriormente formaban parte de la laguna y ahora están dedicadas al cultivo del arroz, abarcan un 70% de la superficie protegida.
El cultivo del arroz se realiza bajo una gestión medioambientalmente sostenible. En especial, cuando se debe hacer frente a los peligros que lo amenazan y en los que las herramientas fitosanitarias tienen una gran importancia para preservar este espacio natural.
Sin embargo, esta convivencia entre biodiversidad y agricultura se encuentra amenazada por los importantes retos a los que se enfrenta el sector arrocero en los próximos años.