Sin flores y en una soledad decidida por su hijo. Así ha sido el adiós a Carmen Sevilla este miércoles en el tanatorio de Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde permanecen sus restos y al que no se ha acercado nadie, cumpliendo así el deseo expreso de Augusto Algueró Junior.
Su hijo, un hombre que siempre ha querido mantener un imposible anonimato -dadas las importantes personalidades de sus padres, Carmen Sevilla y Augusto Algueró-, ha tomado una decisión difícil: despedir a su madre en la más estricta intimidad. Ni velatorio, ni amigos, ni flores, ni lágrimas, ni adioses.