Cómo afecta el ruido ambiental a la comunicación no verbal
La contaminación acústica en la vida social
Nuestro comportamiento y nuestra comunicación se ven bastante afectados por el ruido ambiental con el convivimos a diario -sobre todo en las grandes ciudades-. El sonido ambiental nos afecta psicológicamente, emocionalmente.
Un ambiente es agradable en función de los sonidos que tengamos alrededor. Cuando un sonido se convierte en molesto podemos decir que es un ruido -sonido, generalmente, desagradable-. Cuando en un lugar hay mucho ruido la convivencia se hace complicada por no decir que la comunicación se hace imposible.
Hay que saber diferenciar un sonido ambiental que no nos gusta de un ruido ambiental. Si entramos en una cafetería, en un restaurante, en un centro comercial, etc. puede haber de fondo una música que no nos gusta pero que no molesta. Ahora bien, también podemos entrar en un establecimiento donde la música esté a un volumen muy alto con lo que molesta no por el tipo de música que estén poniendo sino por el volumen tan alto que tiene.
Cuando un sonido o música nos permite hablar con cierta claridad no podemos considerarlo como molesto o ruido. Ahora bien, cuando en un establecimiento, en una reunión, etc. hay una música o unos sonidos de tal cantidad y magnitud que apenas nos dejar comunicarlos verbalmente, entonces podemos considerar que hay ruido que hay una contaminación acústica importante.
Cuando hablamos de negocios, queremos hablar con nuestra pareja o con nuestro hijo, etc. es mejor evitar cualquier de sonido de fondo. No es recomendable hablar con otra persona con la televisión encendida, la radio sonando, etc.
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Teresa Baró, colaboradora habitual del programa de RTVE "A punto con la 2" nos ofrece unas cuantas sugerencias y algunos ejemplos sobre la contaminación acústica y la comunicación verbal.
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