Las autoridades mexicanas apuntan a que la muerte de cientos de aves en las costas del Pacífico se debe a un efecto del calentamiento global y no a un brote de gripe aviar. Tanto la Secretaría de Agricultura como la de Medio Ambiente descartan que se trate de la también conocida como AH5N1 o de la enfermedad de New Castle, una infección altamente contagiosa causada por un virus.