Llueve sobre mojado para Irene Montero.
La ministra de Igualdad está totalmente vetada del proyecto de Yolanda Díaz, Sumar. Si bien ambas compartieron Consejos de Ministros e defendieron polémicas leyes como la del ‘solo sí es sí’, ahora la vicepresidenta segunda no quiere que la deteriorada imagen de la pareja de Pablo Iglesias sea un lastre para sus oportunidades electorales del próximo 23 de julio.
Este 9 de julio, Ione Belarra confirmaba la candidatura conjunta, pero rechaza el veto a Irene Montero y que la oferta de Yolanda Díaz colocaba a Podemos con un pie fuera del Congreso de los Diputados (lo que agravaría su desaparición política después de que no consiguió ninguna representación en Madrid y Valencia).
“Desde el equipo negociador de Yolanda Díaz se nos ha trasladado que la presencia de Irene Montero en el equipo que concurra a las próximas elecciones generales es un obstáculo insalvable para alcanzar un acuerdo de unidad”, desveló Belarra.
Sin olvidar que el Tribunal Supremo condenó hoy mismo a Montero a pagar 18.000 euros al exmarido de María Sevilla por llamarle “maltratador”, la ministra de Igualdad también tiene que enfrentase a su ‘ella del pasado’.
Su afán por conseguir una silla en el Sumar de Yolanda Díaz evidenció que Montero no solo mintió a la cara de Xabier Fortes en septiembre de 2019, sino que su interés en la política radica en acceder a cargos para vivir del erario público.
Durante su entrevista en ‘Los Desayunos de TVE’ del 19 de septiembre de 2019, la pareja de Pablo Iglesias aseguró: “Nos han acusado de querer sillones. Si quisiésemos sillones yo podría ser vicepresidenta. Nunca hemos querido sillones, queremos cambiar la vida de la gente”.
Unas palabras que ahora le reprochan desde la extrema izquierda por negarse a irse de la vida política a cambio de aumentar las posibilidades electorales de Sumar.