Los alimentos que ingieres pueden afectar en gran medida a tu hidratación.
Ciertos alimentos pueden deshidratarte, por lo que es necesario aumentar la ingesta de líquidos.
El exceso de sodio, proteínas y azúcares añadidos en los alimentos puede deshidratarte.
Esto se debe a que provocan la extracción de agua de las células hacia el torrente sanguíneo para restablecer el equilibrio.
Los alimentos ultraprocesados, la charcutería, los encurtidos, la salsa de soja y los postres pueden contribuir a la deshidratación debido a su alto contenido en sodio, azúcar y proteínas.
En grandes cantidades, los espárragos, las alcachofas y la remolacha pueden tener un efecto diurético.
A pesar de ello, siguen siendo opciones saludables en cantidades moderadas.
Es fundamental equilibrar la dieta con alimentos y líquidos hidratantes.
Si consumes alimentos deshidratantes, bebe más agua o come alimentos hidratantes como la sandía o el pepino.
Disfruta de la comida, pero mantén tu hidratación bajo control.