El cambio climático debería estar en el principio de todos los argumentarios de campaña. Debería ser una de las prioridades, unos de los principales temas que preocupen a los candidatos, uno de los principales temas por los que fueran interpelados por los electores y, sin embargo, apenas ha aparecido. Y eso que algunas de sus consecuencias prácticamente se han cruzado en el camino de la campaña. Apenas había empezado la primavera y en España ya vimos incendios devastadores, el último, en plena campaña, en Las Hurdes.