Médicos de familia y pediatras de la Atención Primaria clausuran su quinto día de encierro en la asociación vecinal del barrio de Manoteras en Madrid sin ninguna comunicación por parte de la Consejería de Sanidad para desbloquear la situación. Se trata de una acción más de los sanitarios para mantener la huelga que denuncia las condiciones de precariedad que sufren profesionales y pacientes en la Atención Primaria madrileña. "Dormimos en estas colchonetas cedidas por los scout, yo llevo tres días seguidos y ya estoy agotado", comenta Fran García, médico de familia, a Público. El cansancio empieza a aflorar pero mantienen la ilusión. Los vecinos y vecinas del barrio les apoyan llevándoles comida y otros enseres y agradeciéndoles contantemente su labor. "Podemos aguantar aquí el tiempo que haga falta, que se entere la Consejería, que ellos decidan", sentencia Alfonso López de Viedma, también médico de familia. "Hay desgaste psicológico porque tenemos un gran vínculo con los pacientes, ellos (los políticos) no saben qué es atender y acompañar a una persona durante 11 años", cuenta a Público visiblemente emocionada Inés Saracedo, médica de familia también participante del encierro. Justo esta tarde tiene que cubrir servicios mínimos, va a la huelga preocupada, con el pensamiento en sus pacientes, pero con la convicción de que " es la mejor decisión" para salvar la sanidad pública.