Después de proclamar el fin del Estado Islámico, muchos excombatientes pasaron a la clandestinidad. Pero una red de "cazadores de yihadistas” se propuso dar con ellos. Son hombres valientes, pues esto les convierte en blanco de los extremistas.
En el campo de Al Roj viven las familias de los yihadistas de Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en condiciones precarias, mientras que el mundo se pregunta qué hacer con ellos. Son las mujeres y los hijos niños de los yihadistas, que fueron capturados cuando se disolvió el autoproclamado califato. Entre ellos hay cientos de "occidentales”, que ansían ser repatriados. Pero sus países de origen no parecen estar dispuestos a aceptarlos. Y, ¿qué hay de los combatientes que aún no han sido capturados?
Muchos han regresado a sus países de origen. Algunos se hicieron pasar por refugiados o viajaron con pasaportes falsos. Otros huyeron a Occidente e iniciaron una nueva vida con otra identidad. Para encontrarlos, un grupo de hombres ha emprendido una misión conjunta.
Ahmad Ramadan, de 33 años, dirige una red secreta cuyo objetivo es localizar a los excombatientes del ISIS para que rindan cuentas por sus crímenes. Ahora sigue el rastro de un yihadista que al parecer se encuentra en Alemania. El vídeo de un informante muestra al hombre buscado haciendo una formación de camionero. Gracias a esta red han sido detenidos miembros de alto rango del ISIS, como el portavoz Abdul Kader el Raggaoui. Pero sus miembros pagan un alto precio y son ellos mismos blanco de las represalias del grupo terrorista.
[Este documental contiene algunas escenas y temas que pueden resultar molestos o perturbadores]