Queman la foto del Rey y la bandera de España en el centro de Barcelona o en Bilbao o abuchean al Himno Nacional durante la Final de Copa, y no pasa nada.
Pero una panda de amigotes cargados de copas entona en Nochevieja el Cara al Sol en un restaurante de Guadalajara y se monta la mundial.
Hasta Risto Mejide, el que ofende a Ana Obregón burlándose de la muerte de su hijo, monta un programa sobre el tema, convocando a progres de todo jaez, para que manifiesten con ojos desorbitados que les espeluzna lo ocurrido.
A mi, lo que haga el tarado de Risto o que los cretinos de Podemos eleven al Gobierno Sánchez un escrito para que la Secretaría de Estado de Memoria Democrática empitone por ‘exaltación del franquismo’ a Jaime Celada, concejal popular en Cabanillas de Campo y uno de los cantores, me importa un comino.
Lo que me acongoja es que los pardillos del PP abran, como han hecho, un expediente informativo al tal Celada.
Lo anunció este martes el propio Paco Núñez, líder regional de los populares y aspirante a sustituir al socialista García Page como presidente de Castilla-La Mancha.
Entiendo que a Núñez no le parezca el paradigma de la diversión eso de cantar a grito pelado el bello himno de la Falange en una noche de juerga, pero alguien debería recordarle que hay elecciones autonómicas el próximo 28 de mayo y que con la pavada de expedientar a Celada lo único que puede conseguir es que un montón de votantes se le marchen a VOX.
No porque sean nostálgicos de la camisa azul, sino porque han visto colgar un gigantesco cartelón de Stalin en el Ayuntamiento de Valencia, el día que se conmemoraban en el mundo los 100 millones de víctimas del comunismo.
Porque al oído a los del PSOE reivindicar orgullos a los matarifes y chekistas del 36.
Porque se han hartado de contar banderas republicanas en las manifestaciones sindicales, de escuchar loas a chavistas y bolivarianos y de ver como cantan la Internacional, puño en alto, socialistas y compinches.
Y se van a ir a VOX porque los de Abascal no se pliegan a esas memeces y se atreven a querellarse contra el vicepresidente socialista del Congreso que censuró a una de sus diputadas por llamar ‘proeatrras’ a los etarras de Bildu socios del Gobierno PSOE-Podemos.
Y en lugar de acobardarse, como hicieron los populares, el día que Carla Toscano desató una monumental bronca en el Congreso al afirmar que el único mérito de la ministra de Igualdad, Irene Montero, es “haber estudiado en profundidad” a Pablo Iglesias, su cónyuge y empleador, recordaron que el fundador de Podemos insultaba a Ana Botella en LaSexta afirmando que estaba en el cargo de alcaldesa por ser la esposa de Aznar.
Viene al pelo ese pasaje de la Biblia, que aparece en el Libro del Apocalipsis, donde dice “Conozco tus obras: no eres frio ni caliente y por eso te vomitare de mi boca”, pero hoy no me siento evangélico.
El PP de Rajoy era gestión pura, huía de las batallas ideológicas, asumía el marco mental de los progres y no intentaba promocionar