El Congreso español aprobó este jueves la conocida como ley trans, que reconoce la autoderminación de género (cambio registral de sexo y nombre sin necesidad de testigos o pruebas) y desarrolla una serie de medidas para garantizar los derechos de las personas LGTBI.
La ley llega así a la recta final de su tramitación parlamentaria, a la espera de su paso por el Senado, después de unas negociaciones complicadas, primero en el seno del Ejecutivo, con discrepancias entre los socialistas y sus socios minoritarios, el grupo de izquierda Unidas Podemos, diferencias que se trasladaron después a la Cámara Baja, donde ambos gupos que forman el gobierno mostraron sus diferencias en varios aspectos del texto.