Les une la cultura, la comida, la tradición y, sobre todo, el idioma. La comunidad latina en Catar vive unida en un país que, a pesar de ser hospitalario y seguro, supone un desafío cultural y personal para los miles de migrantes que llegan para labrarse un futuro.
De los tres millones de personas que aproximadamente viven en el pequeño emirato de Catar, cerca del 80% son extranjeros. India, Bangladesh, Nepal y Pakistán lideran la lista de migrantes, pero cada año llegan más trabajadores de países como México, Perú, Colombia o España, una cifra que se ha disparado al calor de la demanda de profesionales para el Mundial.