(Reuters)- Alondra de la Parra se convierte en una de las grandes artistas para ser directora de orquesta, por su impecable sentido del ritmo, la claridad del gesto, la animación desde el podio a los músicos, rompe moldes. Desde los siete años toca el piano, el chelo y el clarinete. Tuvo más de 100 orquestas de 22 países, fusionando la clásica con el clown, con voces y canciones populares, incluso en pandemia, uniendo a grandes músicos por las mejores causas, nada parece imposible para ella.