Lo que vuelve a haber es una derecha judicial golpista que un día secuestra un sello por llevar la hoz y el martillo y al siguiente defiende a los violadores y una derecha mediática con decenas de periodistas corruptos en nómina dispuestos a ganarse el sueldo mintiendo. Y si además la cosa sirve para hacer daño a Irene Montero y a Podemos pues también se apuntan a la verbena la progresía mediática.