Las tropas ucranias inspeccionan cada metro del territorio en Jersón tras la huída del ejército ruso.
En su marcha, han dejado un rastro de destrucción, como el puente principal de la ciudad, que se encargaron de volar antes de dejar la región, además de decenas de vehículos militares abandonados.
Mientras los militares ucranios comprueban el terreno, los vecinos que resistieron a la invasión sin abandonar sus casas de dirigen a ellos para agradecerles con muestras de cariño que hayan recuperado Jersón de las garras rusas.
Las tropas llegaron al centro de Jersón el viernes 11 de noviembre tras nueve meses de ocupación. Dos días después, y garantizando una relativa seguridad, llega la ayuda humanitaria.
La organización World Central Kitchen ha enviado 600 paquetes con cereales, pasta, aceite, comida enlatada, mermelada y otros víveres y los ha distribuido por los distintos distritos de Jersón.
“Como pueden ver, la gente ahora está tomando mucha comida, porque aquí no había nada”, ha dicho Stanislav Stoikov, un voluntario militar que acompañaba al grupo. Stoikov agregó que planeaban traer un camión aún más grande con ayuda humanitaria a la ciudad en unos días.