En Suzuka, en 1989, Prost lideraba la carrera y Senna le seguía los talones, a pesar de que fue el brasileño quien logró hacerse con la pole position. En la vuelta 47, Senna tenía más ritmo que el líder de la carrera, y trató de adelantarlo llegando de muy atrás.
Antes de la chicane, ambos coches se situaron en paralelo y frenaron casi al mismo tiempo. Sin embargo, Prost cerró la puerta a Ayrton Senna y ambos chocaron, quedando los dos McLaren parados justo antes de la chicane.
En ese momento, Prost se bajó del coche convencido de que no podría volver a arrancar porque estaría dañado. Senna, sin embargo, no se bajó y pidió a los comisarios que le empujaran para reanudar la marcha y poder llegar a boxes para repararlo y continuar la carrera.
Finalmente, el error de Prost permitió que el brasileño, a pesar de su pit stop, pudiera ganar la carrera y seguir optando al campeonato, aunque finalmente sería descalificado porque, según la FIA, acortó en la chicane, a pesar de que el tiempo detenido en ella imposibilitaba acceder a cualquier tipo de ventaja.