Roy Harley aún recuerda vívidamente la noche del 13 de octubre de 1972: era una noche sin luna, de cielo nublado, tormentoso. Escuchaba gritos. Una mujer chillaba. “Tú sabes que yo siempre digo que para los que creemos que existe el infierno yo esa noche viví el infierno en la Cordillera”, rememora, cincuenta años después.