La excepcional sequía en la que está inmersa Cataluña, ha dejado al descubierto el antiguo pueblo de Sant Romà que quedaba sumergido bajo el agua del pantano de Sau y del que solo se veía el campanario de la iglesia cuando las reservas de agua son normales. Ahora, la falta de agua en el embalse permite ver el templo prácticamente al completo, algo que ha atraído la atención de multitud de turistas y curiosos que han colapsado los accesos al pantano de Sau.