Rabat (Marruecos), 7 jul (EFE).- (Imagen: Mohamed Siali) La señora sonríe sentada en un improvisado patio delantero jalonado con flores junto a su portal. Alquila una habitación a cuatro chicos sudaneses. Sobre mantas y un raído colchón, curan allí sus heridas físicas y psicológicas de la tragedia de Melilla, donde, relatan, sufrieron golpes "hasta caer inconscientes" y pisaron territorio español para ser devueltos.
Edición y locución: Mercedes Ortuño Lizarán