Mentiría si no confesase que ardo en deseos de que llegue el 19 de junio de 2022 y vayan a votar los andaluces, para darle a Pedro Sánchez donde más le duele.
Hasta seis encuestas se publican hoy en los medios de comunicación y aunque varían los porcentajes, todas llegan a la misma conclusión: Juanma Moreno ganará con holgura las elecciones autonómicas, pero el PP, incluso sacando más escaños que toda la izquierda junta, necesitará el respaldo de VOX para gobernar Andalucía.
Seguro que, en los seis días que restan, el marrullero Sánchez intentará alguna treta y urdirá ilegalidades, pero de poco le va a servir.
La victoria del PP parece incontestable y de acuerdo con los sondeos, cosechará entre el 35 y el 41 por ciento de los votos, lo que significa sacar entre 43 y 53 diputados.
La mayoría absoluta está en 55 escaños y diga lo que diga estos días, Juanma Moreno va a necesitar llevarse bien con Santiago Abascal, porque los de VOX no están dispuestos a dar su apoyo ‘gratis et amore’.
No se si Abascal forzará la entrada de Macarena Olona como vicepresidenta, como hizo con Gallardo en Castilla y León o se conformará con exigir concesiones programáticas, cierre de chiringuitos, cancelación de ayudas a sindicatos y espacio en Canal Sur, pero en cualquier caso no será malo ni para ni para Andalucía, ni para España.
Los populares tienen un atávico temor al conflicto, lo que les ha llevado en las tres pasadas décadas a rehuir la batalla cultural, pasar de los principios, asumir mansamente postulados progres y aceptar pactos con el PSOE.
El PP pone el acento en la gestión, se perfila como el partido que arregla los entuertos económicos que dejan los socialistas y habla de eficacia, pero, en este momento de la historia de España, eso no basta.
Dicen los expertos que los aproximadamente 6 millones de andaluces que votarán este domingo, lo harán en clave andaluza, pero las elecciones del 19 de junio son también un plebiscito sobre Sánchez y este PSOE inepto, que se abraza a proetarras y golpistas.
Mi impresión es que Sánchez se va a llevar un castigo antológico.
Y a partir de ahí, otro palo en las elecciones autonómicas y municipales en mayo del año que viene y para las Navidades de 2023, que es cuando no le quedará otra que convocar generales, lo cocinamos a la parrilla.
Se me va a hacer largo este año y medio, pero no hay mal que 100 años dure.