Desde 2016, ambos países se enfrentan ante la CIJ por los derechos de uso del río Silala, un curso de agua transfronterizo. Bolivia reclama el sistema fluvial para sí y defiende que sus aguas únicamente fluyen hacia el país vecino a través de canales construidos por Chile. Por su parte, las autoridades chilenas afirman que se trata de un río internacional y reclaman igualdad de derechos.