El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha aprobado la Ley Maestra de Libertad Educativa a fin de contrarrestar la ‘Ley Celaá’ del Ejecutivo PSOE-Podemos. Una norma vital para garantizar la libertad y calidad de la enseñanza.
La portavoz de Educación, Lorena Heras, explica en ‘La Segunda Dosis’ (Periodista Digital) los puntos principales de este acuerdo.
Para entender la importancia de esta ley impulsada por el Gobierno regional, hay que remontarse un año atrás, momento en el que el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó la ‘Ley Celaá’ de manera precipitada en plena pandemia. Una disposición que llevaron a cabo sin contar con las Comunidades Autónomas que son las que tienen las competencias educativas en materia educativa.
“Lo hicieron sin querer consensuar con la comunidad educativa absolutamente ningún artículo de la ley, lo hicieron hurtando la posibilidad de que hubiera comparecencias de expertos en el Congreso de los Diputados, lo hicieron sin contar con el informe y con el dictamen del Consejo de Estado. Tuvo como socios a los ya habituales Bildu, ERC, y aquellos que quieren todavía debilitar más nuestro sistema educativo”.
Como respuesta -expone Heras- la presidenta Isabel Díaz Ayuso concurrió a las elecciones del pasado 4 de mayo, anunciando que Madrid tramitaría su propia ley educativa autonómica, para hacer de dique de contención al ataque que la ley Celaá quería ejercer sobre la libertad y la calidad.
En este sentido, la Ley Maestra surge del consenso de todos los agentes del sistema educativo madrileño.
¿Cuáles son las claves de la ley de libertad educativa de Madrid?
Mientras que la ‘Ley Celaá’ ataca la libertad de los padres para elegir el centro educativo de sus hijos, la Ley Maestra apuesta porque las familias sean las únicas que tengan la capacidad de elegir el centro educativo, el modelo educativo público, privado o concertado que quieren para sus hijos, afirma Lorena Heras.
“La Comunidad de Madrid, a través de la Ley Maestra, también va a permitir que se hagan evaluaciones externas, para seguir mejorando y aumentando la calidad de nuestro sistema educativo, solo lo que se mide se puede mejorar. Por eso, son tan importantes las evaluaciones externas, y por último, también se va a garantizar que la educación especial es una educación inclusiva, y que aquellas familias como las 5.600 que ya están escolarizadas en los centros de educación especial madrileños, puedan seguir utilizando y disfrutando este servicio que tan bueno es para todos estos alumnos que necesitan la educación especial para alcanzar el 100% de sus oportunidades”.