La angiogénesis tumoral es la proliferación de una red de vasos sanguíneos que penetra dentro de crecimientos cancerosos, proporcionando nutrientes y oxígeno y removiendo productos de desecho. La angiogénesis tumoral empieza en realidad cuando las células cancerosas del tumor liberan moléculas que envían señales al tejido huésped normal vecino. Este señalamiento activa a ciertos genes en el tejido huésped que, a su vez, producen proteínas para estimular el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Aunque muchos tumores producen moléculas angiogénicas tales como los factores FCVE y FBCF, su presencia no es suficiente para iniciar el crecimiento de vasos sanguíneos. Para que la angiogénesis empiece, estas moléculas activadoras deben superar una variedad de inhibidores de la angiogénesis que normalmente reprimen el crecimiento de los vasos sanguíneos.
Casi una docena de proteínas que existen naturalmente pueden inhibir la angiogénesis. Entre este grupo de moléculas, las proteínas conocidas como angiostatina, endostatina y trombospondina parecen ser especialmente importantes. Un balance finamente armonizado entre las concentraciones de inhibidores y de activadores de la angiogénesis tales como los factores de crecimiento FCVE y FBCF determina si un tumor puede inducir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Para activar la angiogénesis, la producción de activadores se debe incrementar a medida que la producción de inhibidores disminuye.