Saint Helier (Jersey), 29 dic (EFE).- (Imagen: Clàudia Sacrest) Son casi las cinco de la tarde y, bajo la luz de las farolas, Stephen Viney amarra su embarcación en el muelle Victoria de la capital de Jersey para descargar el marisco que, hace un año, vendía en la costa francesa y que ahora, tras el Brexit, no tiene más remedio que despachar en restaurantes y mercados de la isla.