El 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo, una fecha que invita a recapacitar sobre el uso que hacemos de él para evitar su desertificación y erosión.
La Agricultura de Conservación se ha convertido en una alternativa para evitarlo, pues su aplicación no sólo supone la obtención de beneficios en el ámbito medioambiental, al mejorar los recursos naturales y favorecer el incremento de la biodiversidad, sino también en los ámbitos económico y social, al reducir los costes e incrementar el margen de beneficios.
La Agricultura de Conservación ha demostrado su potencial para ofrecer un rendimiento similar, o incluso superior a la agricultura convencional, y todo ello con un menor compromiso de recursos naturales.
En general, todos los cultivos implantados bajo la Agricultura de Conservación ya sean herbáceos o leñosos requieren menor cantidad de energía que con otros sistemas, lo que resulta clave para frenar el Cambio Climático.