Parecen tan inofensivos los famosos “gusanitos”, término comercial con el que se conoce de forma genérica a todos esos palitos amarillos cortos, ligeros, crujientes y harinosos que son difíciles de comer de uno en uno por lo adictivos que resultan, pero no lo son. Al menos no al 100%, y el motivo principal no es otro que su alto contenido en sal. Vamos a analizarlo.