Nakuru (Kenia), 30 jul (EFE/EPA).- (Imagen: Daniel Irungu) El humo se eleva, denso y asfixiante, sobre los fogones y ocupa la mitad de esta cocina keniana, mientras la otra media permanece curiosamente clara y respirable porque, aunque nadie lo sospecha, lo que arde en el "jiko" u hornillo no es carbón, sino briquetas hechas con residuos humanos.