Al menos 183 personas han muerto y cientos permanecían desaparecidas hasta este domingo como consecuencia de las graves inundaciones que causan estragos en Alemania y Bélgica.
Pequeñas calles, grandes avenidas y unos cuantos riachuelos se han convertido en fortísimos torrentes que han arrastrado árboles, casas y automóviles en la región. Una de las poblaciones más afectadas es Schuld, un pequeño pueblo que ha quedado casi completamente destruido.
LM