Desde hace 6 días el señor Adrián Ulises de la comunidad San José del Jaral ha tenido que lidiar con el fétido aroma que desprende el lodo y las aguas negras que dejó el desbordamiento del río Chamacuero en Atizapán, que no sólo dejó a más de 300 familias con perdidas totales, mascotas muertas y casas inhabitables, sino que hasta la fecha no han recibido ayuda